sábado, 18 de junio de 2016

miércoles, 8 de junio de 2016

¿Servidor o Líder?




Al finalizar su desempeño como Director del Departamento de Arquitectura de la U. de Harvard (ademas de su larga carrera como arquitecto, docente e ideológo), Walter Gropius escribió el texto "Alcances de la Arquitectura Integral", en donde se preguntaba si el rol del arquitecto era ser servidor de la sociedad, y por tanto realizar adecuadamente las tareas encomendadas, o un líder, que propusiera nuevos modos de vida. Este debate parece re-avivarse ahora, con la muestra "social" de la Bienal de Venecia, curada por Alejandro Aravena, que le otorgó el León de Plata a la Escuela Flotante de NLE arquitectos, mientras la obra original colapsaba por los temporales. Ocupando portada también con un estudio sobre viviendas en Concepción (realizada el 2008 por el arqto. Francisco Contreras) que denuncia la disociación estética entre los arquitectos y el público general. El estudio revelaba como las personas prefieren modelos inmobiliarios, frente a los volúmenes atrevidos que promueven la formación arquitectónica. Aunque esta consulta se remitía a una pregunta directa con fotografías (es decir, no consideraba la totalidad de la experiencia arquitectónica, o un debate mas amplio al respecto, ya que probablemente un recorrido por las obras podría matizar estas diferencias), expresa igualmente una divergencia entre el ámbito profesional y social de la arquitectura. Posiblemente provocado por la actual cultura consumista contemporánea, o por el ensimismamiento de los arquitectos (se pueden plantear serias argumentaciones desde ambos extremos, pero probablemente es un encadenamiento de ambos), Esta tensión se suele producir en muchas disciplinas o sectores productivos (el interés de los especialistas y de la comunidad normalmente no coinciden), pero quizás aquí comparecen de manera mas expresiva. En muchos casos se asume acídamente, por parte de los profesionales, denostando la "falta de educación" de los mandantes, o por parte del público criticando la "torre de marfil" en que se encuentran los eruditos. Cuando ambos comparten una misma situación cultural, y en realidad esta diferencia ha sido históricamente el germen del desarrollo (la vanguardia vs. las masas). Es decir que en la resolución de los requerimientos convencionales de la sociedad se encuentra la veta (y la razón) de su propia transformación. De hecho, Gropius concluía su texto respondiendo que frente a este dilema el rol del arquitecto estaba en ambos sentidos; que debía ser a la vez servidor y lider. Evidentemente algo nada fácil de resolver, pero que no se puede eludir.