sábado, 29 de octubre de 2016

Teoria del Proyecto (actualizado)


http://dearquitectura.uchile.cl/index.php/RA/issue/view/4039/showToc

El Vol. 21 Núm. 30  de la Revista De Arquitectura, editada por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, esta dedicada a la Teoria del Proyecto. El número de la revista esta encabezado por una editorial del arquitecto Felipe Corvalán, que invita a "pensar" la producción arquitectónica.

El texto inicial esta elaborado por Fabian Barros Di Gianmarino de U. Magallanes y se denomina "El proyecto de la teoría; contribución al estudio y precisión de la teoría del proyecto arquitectónico". Abre la discusión revisando de manera exhaustiva los planteamientos teóricos de distintos autores internacionales, para proponer una ordenación de conceptos entre el producto, la creación y la práctica. Planteando, que práctica y teoria se suelen entender como conceptos opuestos, pero que en arquitectura la teoría es la práctica.

Lo que se refleja también en los restantes artículos de esta revista dedicados a experiencias de oficinas, edificios o áreas urbanas; de los cuales emergen diversos aspectos conceptuales, aunque difícilmente expresan una concatenación teórica consistente. Estos esfuerzos indudablemente contribuyen a revisar la situación profesional, provocando una revisión amplia y serena de la actividad proyectual, sin embargo deberían avanzar en una crítica mas reflexiva. Impulsar una clarificación teórica en arquitectura es relevante, tanto para la labor profesional y educacional, como también por su repercusión social.

No basta con la reiterada tautologia que el pensamiento arquitectónico es la obra construída; lo cual no deja de ser cierto (porque la obra es el lenguaje propio de la disciplina), pero es insuficiente, ya que no logra ser transmisible como aspectos generales. Queda encerrada en el propio autor o en el edificio particular. Por eso sólo reconocemos escasas obras bien logradas, y padecemos una inmensa mayoria de edificios y ciudades de baja calidad arquitectónica. Esta parece ser el origen de la paradoja profesional; que un saber arquitectónico, aquilatado por siglos, formado en centenares de escuelas y cultivado por millones de laborantes; queda reducido a pocos buenos ejemplos, y produzca en gran parte obras insípidas y ajenas a los principios que se comparten. La incompresión del público, las restricciones políticas o economicas, son obstaculos reiteradamente arguidas que impiden realizar la arquitectura que imaginamos; pero también hay debilidades en expresar y asumir los aspectos que intuímos orientan su calidad. Este esfuerzo es la responsabilidad de educadores e investigadores, y en éste sentido los textos difundidos pueden profundizar sus afirmaciones, cuando plantean un título tan desafiante.

El artículo inicial de F. Barros propone un diagrama circular entre la teoria y la práctica (mediado por la reflexión y la creación), que parece alegar una autonomía del proyecto. Es decir, que el diseño sólo rinde cuentas a su propio diseñador. Bueno, aceptando ésta afirmación, podemos al menos solicitar el mecanismo en que ésto se puede revisar. Como reconocemos las intenciones o desarrollo del proyectista y su realización. ¿A través de sus declaraciones posteriores? ...como suelen realizar muchos autores, elaborando imbricadas explicaciones de las obras que suelen llevar a derroteros ajenos a la experiencia o cultura compartida. ¿Estableciendo relaciones con otras obras, descripciones de la circulación por sus espacios, o detalles del encargo o su ejecución?; ... como suelen hacer los críticos o comentaristas de arquitectura sin precisar algún planteamiento final. Estas estrategias suelen quedar postergadas mientras admiramos pausadamente las imágenes o recorremos la obra, y muy pocos las leen o atienden, y muchos las olvidan. Nadie "cita" estas declaraciones o comentarios, sólo de vez en cuando alguien menciona que recuerda o le gusta ese edificio, o quizas un estudiante lo declara su "referente", mostrando algunas imágenes.  Quizás reconociendo que el lenguaje escrito no logra expresar la vivencia de la obra; pero tampoco sin intentar una formulación al respecto. Este esquema puede entonces avanzar en procedimientos, pruebas y ejemplos de aplicación, para desarrollar propiamente los objetivos que se propone.

4 comentarios:

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  2. Buenas tardes Rodrigo,
    De cierta forma, para poder avanzar en una teoría del proyecto, y con el paso del tiempo, he ido comprendiendo que el estudio crítico-analítico de las obras y proyectos es uno de los operadores para extraer desde las obras un material asimilable a estrategias, tácticas, métodos y/o formas de hacer arquitectónicas. Que pueden considerarse como un conocimiento más universal, que abandona el caso específico y queda a disposición. La teoría del proyecto se centra mucho más en el cómo hacer, entonces reconocer los mecanismos de producción y decisión proyectual puede ser una de sus entradas.
    Por otro lado, efectivamente, los autores merecen un grado igualitario de atención y suspicacia, por ello la "objetividad del objeto" de estudio podría alcanzar cierta fiabilidad. Junto a ello debe construirse todo el aparataje de análisis y estudio, intentando dotarlo de coherencia y rigor para que sea comprensible por el público interesado.

    Un saludo
    Fabián.

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  3. Ciertamente, revisar los planteamientos del autor respecto a su obra es una de las vías relevantes para entender y analizar una realización arquitectónica, y comprendo el articulo fundamenta esta aproximación, para relevarla e igualarla como una acción similar para distintas obras. Este esfuerzo es sin duda valorable, pero el cuestionamiento es en primer lugar, como "opera" esta revisión, ¿mediante los escritos previos, declaraciones posteriores o interpretaciones? Usualmente se privilegia el lenguaje escrito para analizar una experiencia espacial como la arquitectura. Por otro lado, tambien esta aproximación, destaca la labor del creador unipersonal, cuando la mayor parte de las obras arquitectónicas y del entorno construído, son una combinación de labores y encargados, y mas aún de ocupantes y personas implicadas. Sostener que el discurso del diseñador es la visión primordial (lo que suele ser el principal mecanismo pedagogico en la enseñanza de la arquitectura), menoscaba abordar otras perspectivas para el complejo fenomeno de habitar.

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  4. Estoy muy de acuerdo. De hecho el análisis o estudio crítico que te comento es de la obra o proyecto, independientemente del autor y su discurso. Estos dos últimos (autor y su discurso) no son "objetivos", pero sí es más "objetiva" la serena presencia de la obra.
    Si el análisis se centra en la obra, es ella quien nos permite reconocer acciones, respuestas, etc.
    Creo yo que es más fiable que los discursos.
    En relación al artículo, intenta explicar que los autores deben reflexionar sobre su hacer, y desde el preguntarse ¿Cómo he hecho esa Arquitectura? Podrían entregar ciertos mecanismos proyectuales, es una propuesta utópica que hiciera Rossi en el 1966. Lamentablemente los discursos de autores suelen estar envueltos en imprecisiones, anhelos, relaciones dispersas, citas descontextualizadas y traslaciones interdisciplinarias arbitrarias etc.

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