domingo, 4 de octubre de 2020

Derecho a la Vivienda



La vivienda es el espacio primordial de las personas, que permite acoger actividades cotidianas y desplegar expectativas. Por eso, se suele afirmar que la arquitectura nace en el habitar, como la experiencia arquitectónica más básica y persistente. Sin embargo, con la evolución de la cultura, ha sucedido que la mayor parte de la población vive en residencias anodinas y repetitivas. El crecimiento urbano y social parece impulsar una edificación residencial alejada de las posibilidades espaciales. ¿Porque se da esta paradoja que con mayor conocimiento y creatividad arquitectónica, las viviendas se masifican, y la mayoría vivimos en casas insípidas y homogéneas? 

Las viviendas actuales logran proteger y acomodar algunas funciones, pero generan gran parte del deterioro ambiental del planeta, perpetúan discriminaciones sociales y desequilibrios urbanos, produciendo además grandes deudas económicas a los residentes. Mientras muchos adolecen de una residencia adecuada, de integración comunitaria y servicios mínimos. Así mismo, la mayoría de las viviendas construidas carece del confort suficiente y de espacios que alberguen todos sus aconteceres y proyecciones vitales. La arquitectura ha estudiado y definido aspectos del diseño habitacional que reducen sustancialmente el impacto ecológico, otorgan diversidad, identidad y relaciones colectivas en las viviendas; contribuyendo a construir residencias mas habitables y creativas. Sin embargo escasamente se logran aplicar en los proyectos inmobiliarios.

El reciente libro "Contribución a la Economía Política de la Vivienda en Chile" de F. Vergara-Perucich, C. Aguirre, F. Encinas, R. Trufello y F. Ladrón de Guevara, resume diferentes aspectos de la construcción habitacional en el país, que ha alcanzado una notable cobertura y efectividad; pero también ha promovido desigualdades, mantenido algunas carencias y perjudicado otras condiciones. La publicación relata la estructura económica de la vivienda en Chile, que ha impulsado la actividad inmobiliaria con apoyo estatal; facilitando la accesibilidad habitacional a través de una alta rentabilidad, pero sin regular mayormente aspectos esenciales. Así mismo, plantea que la carencia de fundamentos legales, en especial la ausencia del derecho a la vivienda en la Constitución de Chile, empuja su ejecución a través de incentivos económicos en vez de logros residenciales. Convirtiendo el habitar fundamentalmente en un interés financiero, lo que relega su mejoramiento ambiental y arquitectónico. Este libro constituye entonces un esclarecedor documento para comprender el (deteriorado) rol de la arquitectura en la vivienda actual.


Viviendas Vernáculas vs Arquitetónicas



sábado, 5 de septiembre de 2020

Banca Infinita

 


Parece sencillo, pero no lo es, sentarse bajo los árboles en algún lugar. Hay que tener algo de tiempo y tranquilidad, escaso en la apresurada vida actual. También un clima adecuado, poder acceder, y perder el pudor de sentarse junto a otro/as, o que puedan llegar en cualquier momento y quedar cerca. Lo que en éstos tiempos de pandemia genera mas aprehensiones. Divisando las miradas a una distancia próxima, pero también algo extrañamente distante, pero compartida, quizás para un acto comunitario que alguna vez ocurrirá. También hay que saltar, o caminar un buen tramo y buscar la pasada, para entrar o salir de ahí. Pasar un rato, sentado sobre la base recta, sin respaldo, para permanecer. Entonces, emerge el inusitado diseño en su singularidad, a la vez como un signo, un lugar, una posibilidad, una leve actividad.

Si todo vuelve a donde comenzó.

Banca Infinita de Azocar-Catrón, Concepción, 2018.






miércoles, 26 de agosto de 2020

La paradoja de la Arquitectura Sustentable

 


El lema de la “Arquitectura Sustentable” se ha asumido ampliamente en los últimos años, en la mayoría de los ámbitos laborales y académicos,...pero oculta un dilema esencial.

La sustentabilidad en arquitectura se ha planteado desde la simple aplicación del sentido común (según afirmó un premio Pritzker el 2013), hasta engorrosos cálculos energéticos, de materiales reciclados o certificaciones comerciales. Convirtiendo al apelativo de “sustentable” a una condición tan variable, que puede abarcar desde la pertinencia cultural, la participación social en el diseño, el acceso al edificio, los gastos de electricidad, la contaminación atmosférica o el carbono contenido en los productos constructivos. Sin dejar de mencionar que cualquier ligero avance en alguno de estos aspectos es utilizado para calificar un edificio o material como “ecológico”; no sólo por inmobiliarias o fabricantes, sino también por especialistas y profesores de arquitectura. Por eso también muchos edificios de épocas pasadas, con distintas ocupaciones o contextos, son apreciados como "sustentables", comparando su sencillez con las complejas tecnologías actuales, aunque muchas de sus características son actualmente inaplicables o inadecuadas. Sin embargo, la enorme producción de residuos, el vasto consumo de recursos o la generación de gases de invernadero de la edificación, son aspectos ambientales, que muestran que la arquitectura está lejos de asegurar sustentabilidad; sino que al contrario, esta agotando las fuentes materiales, produciendo entornos asfixiantes y cambios climáticos globales. Como también suscitando carencias en gran parte de la población y deteriorando severamente áreas naturales. 

Las condiciones de sustentabilidad son verificables y modificables en la arquitectura, aunque esto no deja de ser complejo y tedioso. Pero no sólo las dificultades técnicas parecen generar la omisión o desinterés de los profesionales en revisar los diseños y aplicar éstas características, es un dilema que emerge de un interés diferente. Aunque algunos arquitectos evalúan los impactos ambientales de sus proyectos e intentan asegurar un menor uso de recursos, integrar poblaciones desfavorecidas o consultar a las comunidades; los preceptos espaciales siguen orientados por otros aspectos. De hecho, todavía es difícil distinguir cuando una arquitectura es “sustentable”, frente a otra mas "convencional", mas allá de agregarle vegetación, paneles solares o certificaciones. Las obras destacadas deben informar que han cumplido ciertas condiciones de sustentabilidad, porque se sigue valorando visualmente otros aspectos. En la profesión y enseñanza, existe un acuerdo amplio que la sustentabilidad es un valor trascendental en la obras, y se ha comprometido oficialmente, pero los edificios siguen realizándose de manera similar. No sólo por la escasas evaluaciones y aplicaciones de los proyectos, sino también por una contradicción central, que se revela en las apreciaciones de los diseños (que reconocen la sustentabilidad en algunos accesorios o registros, pero no en los aspectos principales). Es decir, hay un consenso “discursivo”, pero una valoración “práctica” distinta. 

Al apreciar una obra de arquitectura prevalece la concepción que su calidad (espacial, estética o formal) se determina de manera personal e instantánea, por la percepción individual e inmediata ("como se ve el edificio ahora"). Aunque es posible una gran variedad de calificaciones o argumentos, lo central es que se basan en la impresión subjetiva y actual. Sus atributos espaciales se advierten por la apariencia inmediata de los observadores o mandantes (o algunas pocas veces, por los usuarios o paseantes). Lo que parece sensato, pero es una contradicción esencial con la sustentabilidad, que por definición es una perspectiva colectiva y temporal. Según el consenso general (establecida por el informe Bruntland de 1987, con algunas controversias y matices), la definición de sustentabilidad es “asegurar los recursos para las futuras generaciones”. Es decir, atender a muchas personas por largo tiempo (incluyendo a los que no ocupan el edificio, pero son afectados por sus materiales o ambientes deteriorados). Por eso se evalúan periodos climáticos, desempeños anuales, productos renovables, tradiciones culturales, cuencas geográficas y proyecciones demográficas.

De modo que lograr un edificio satisfaga a una persona en el momento (al visitante u observador de una obra arquitectónica), es distinto que preservar la situación de otras personas a lo largo de mucho tiempo. Además, que usualmente la apreciación inmediata suele ser óptica y formal, y la valoración sustentable, mucho más amplia y diversa. Obviamente esta contradicción no es absoluta (no se excluyen, por tanto, seria posible lograr ambas), pero al menos es una “tensión implícita”, ya que contemplan diferentes objetivos con alcances distintos. Es posible lograr que un edificio asegure los recursos de futuras personas, pero a la vez permita la satisfacción o acogida de los individuos presentes. Conciliar apreciaciones individuales e inmediatas (como el aspecto espacial), con condiciones de largo plazo y magnitud (como el impacto ambiental) es factible, pero debe al menos reconocer esta disparidad y valorar su balance en el diseño. Pero, por lo que se advierte en el desempeño y enseñanza, aún estamos arraigados en el precepto personal e instantáneo, aunque valoremos la condición de sustentabilidad, parece todavía distante y compleja de reconocer.

Centro Cultural Palacio La Moneda y Plaza de la Ciudadanía / Undurraga  Devés Arquitectos | Plataforma Arquitectura






sábado, 22 de agosto de 2020

Ediciones e[ad]

 


La Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUC de Valparaíso, ha abierto su catálogo de libros para descarga libre. Este regalo del confinamiento por la pandemia, que ha permitido transparentar y compartir diverso contenido digital, ofrece en esta oportunidad una de las más singulares producciones de pensamiento arquitectónico del país y el continente. Diversas publicaciones, realizadas por sus académicos, dan cuenta de una aproximación a la creación arquitectónica desde una postura intima y sugerente. Algo mesiánica y díficil de comprender, en general promueve una actitud sensible y original, que otorga una visión atenta a la labor arquitectónica. Sin lugar a dudas una contribución relevante en el escaso panorama reflexivo de la actividad académica y profesional, que renueva ahora sus aportes en esta difusión digital.  

domingo, 9 de agosto de 2020

Patologías Contemporáneas

 

El libro “Patologías Contemporáneas” ha pasado algo desapercibido por su lanzamiento justo antes del estallido social y la pandemia (dejando desactualizado el sub-título de "crisis del 2008", cuando estamos inmersos en otras crisis mas severas, que apenas recordamos las anteriores), pero  constituye indudablemente un aporte a la teoría de arquitectura en Chile. 

El libro se basa en describir diferentes comportamientos psicológicos para intentar clasificar visiones actuales de la arquitectura. Al comienzo de cada capítulo realiza un resumen de distintas alteraciones de personalidad y sus connotaciones conductuales, con algunos comentarios arquitectónicos más bien escuetos y dispersos (y algunos repetitivos). Sin ninguna imagen o esquema gráfico, por lo que resulta una lectura algo pesada para la habitual cultura visual de los arquitectos. Al contrario de los textos Le Corbusier, Koolhas o BIG que han complementado y explicado sus posiciones con atrevidas fotografías o ilustraciones (como también en Chile han realizado los documentos de Cristían Fernández Cox o Raúl Irarrazabal, con ilustraciones mas delicadas). Este libro mantiene algún paralelismo con el texto de Beatriz Colomina “X-Ray Architecture”, que también utiliza analogías médicas. También, de manera similar a otros documentos, critican la excesiva cultura comunitaria y la fragilidad intelectual de los arquitectos (aunque no menciona referentes, en una postura algo elitista de invisibilización lateral). El texto declara que intenta mediar entre la complaciente divulgación profesional y el análisis “científico” de los circuitos académicos, generando un documento comprensible, pero también agudo. Resultando en  una contribución ciertamente erudita y singular, pero algo divagante y oscura. Quizás lo más lúcido es cuando desmonta el subjetivismo y fenomenología (como el consabido término de "creación de atmosferas”), que actualmente predomina en la concepción y enseñanza de la arquitectura, tiñendo las críticas profesionales de un supuesto "retorno a la humanidad". Como también es clarificadora su  revisión de las actitudes mesiánicas y personalistas de los arquitectos, y de algunas abstrusas argumentaciones de los grandes autores. Aunque sin sustentar mayormente las aseveraciones realizadas (ni tampoco ilustrarlas), su principal contribución parece estar en el escepticismo a las explicaciones profesionales, despertando una visión renovada de la arquitectura, ahora más que nunca necesaria en los tiempos de pandemia.   


CHaIRLeSS_ViTRa – COVA RIOS

A.Aravena "Chairless", 2010.

S. Radic, "Bestiario", 2015